sábado, abril 22, 2017

¿LA PROCRASTINACIÓN: UN PROBLEMA MAYOR EN EL ESTADO?

Aunque parezca una mala palabra “procrastinar” es una palabra derivada del latín “procrastinare”: pro, adelante, y “crastinus”, referente al futuro.  Siendo así, procrastinar significa postergar o posponer; es la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables.

Procrastinar se aplica a cualquier situación en la vida: Retrasar una visita al dentista o al gimnasio por ver una película o no arreglar la llave del baño aunque a fin de mes se vea incrementado el recibo de consumo.  Lamentablemente en las organizaciones, perder el tiempo, dejar de lado las responsabilidades propias del trabajo y no hacer las cosas por lo que recibes una remuneración cuesta y no sólo hablando de términos monetarios puesto que los retrasos evitables generan pérdidas de productividad, además de causar estragos emocionales. 

La procrastinación es un trastorno del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Éste puede ser psicológico (en la forma de ansiedad o frustración), físico (como el que se experimenta durante actos que requieren trabajo fuerte o ejercicio vigoroso) o intelectual. El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente sin tener una fuerza de voluntad para concluirla. El acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante, por lo cual se autojustifica posponerlo a un futuro idealizado, en que lo importante es supeditado a lo urgente. 

La procrastinación como síndrome que evade el responsabilizarse posponiendo tareas a realizar puede llevar al individuo a refugiarse en actividades ajenas a su cometido. La costumbre de posponer, si bien no se ha demostrado cabalmente, puede generar dependencia de diversos elementos externos, tales como navegar en Internet, leer libros, salir de compras, comer compulsivamente o dejarse absorber en exceso por la rutina laboral, entre otras, como pretexto para evadir alguna responsabilidad, acción o decisión.

Este problema de salud no necesariamente está ligado a la depresión o a la baja autoestima. El perfeccionismo extremo o el miedo al fracaso también son factores para posponer, como por ejemplo al no atender una llamada o una cita donde se espera llegar a una decisión.

La procrastinación, en particular, es un problema de autorregulación y de organización del tiempo. Su solución consistiría, entre otras cosas, en lograr una adecuada organización del tiempo, concentrándose en realizar las tareas importantes que tienen un plazo de finalización más cercano. Quien pospone o procrastina una decisión, por no sentirse preparado -esperando que todo se resuelva por sí solo- suele aducir que lo hará después, con lo que está presentando, en el fondo, una conducta evasiva.

Encontré este video en YouTube que contiene información importante al respecto.


No hay comentarios:

Publicar un comentario