lunes, marzo 07, 2022

LIDERAZGO FEMENINO EN LA ADMINISTRACIÓN PÚBLICA: ROMPIENDO TECHOS DE CRISTAL

INTRODUCCIÓN 


Existen muchas definiciones sobre liderazgo. Para Gómez (2002) “El liderazgo es la capacidad de influir en un grupo para que se logren las metas”. Etling (2005) define como principales características del líder la inteligencia, persuasión, emprendedurismo y poder de convencimiento. Davis & Newstrom (2003) complementa esta definición indicando que se influencia en el equipo de trabajo con el propósito de que trabajen “con entusiasmo” en el logro de sus objetivos, siendo esta influencia desarrollada, como lo indica Payeras (2004); a través de una visión sustentada por los valores que la apoyan, generando en el individuo la incorporación a su propio comportamiento (Hellriegel & Slocum, 2004) (los subrayados son nuestros). 

Con todo estos conceptos, en primer lugar consideramos que liderar no es lo mismo que gerenciar y aproximando una definición propia, podríamos decir que liderazgo es la capacidad de influenciar sobre las personas (usuarios internos y externos) para alcanzar objetivos válidos y éticos en el marco del bien común. Por otro lado, también consideramos que existen diferencias notorias entre el liderazgo en el sector público y en el privado ya que aunque en ambos ámbitos las habilidades técnicas y las capacidades personales deben ser similares, el sector público requiere mayores habilidades de influencia personal y persuasión con la finalidad de lograr, con los recursos disponibles (presupuestales y de talento humano principalmente) atender las demandas cada vez más complejas de la población a fin de reducir la posibilidad de insatisfacción y por ende, de conflictos sociales. 

Ahora bien, si complementamos lo antes dicho con el liderazgo femenino y su presencia en puestos de poder en América Latina, las brechas subsisten. The Global Gender Gap Report 2018 señala que la mayor disparidad de género está en el empoderamiento político, que hoy mantiene una brecha del 77,1%, mientras que la brecha en participación económica y oportunidad es la segunda más grande con 41,9%. El BID (2021) establece que las mujeres representamos aproximadamente la mitad de los empleados del sector público, sin embargo solo ocupamos entre el 30% y el 40% de los cargos gerenciales. 

Esta brecha es alta, ya que para estos puestos se recluta del grupo profesional de la Administración Pública, donde las mujeres se encuentran bien representadas. De acuerdo con una investigación del PNUD (2020), hay menos mujeres en los puestos más altos de poder, donde más pesan los vínculos políticos y personales en lugar de los méritos para la designación, son justamente los techos de cristal que se va engrosando mientras más alto sea el puesto. 

Este trabajo de investigación busca describir la situación real de la mujer, su liderazgo y empoderamiento y proponer una estrategia viable para empoderarla y mejorar su presencia en puestos de poder y toma de decisiones especialmente en el sector público. Palabras clave: Liderazgo – brecha – empoderamiento – techos de cristal.

AUTORAS:

  • Elizabeth CURITOMAY YANQUI.
  • Rosario Susana LÓPEZ WONG.
  • Angie Sussan TOLEDO FÉLIX.
  • Esperanza Marlene ZAPATA CARNAQUÉ.

En el siguiente enlace, encontrarán el trabajo completo: Liderazgo femenino en la administración pública: Rompiendo techos de cristal 

martes, enero 18, 2022

POLÍTICAS DE ESTADO 2021 - 2026

INTRODUCCIÓN

El Perú es un país con un poco más de 33 millones de habitantes, que ocupa según el IDH 2020 el puesto N° 79 con un índice de 0,777 pero que sin embargo tiene cifras de desnutrición, anemia, pobreza y pobreza extrema preocupantes.  Así tenemos que según la data del INEI (2020), existe 12,2% de niños menores de 5 años con desnutrición crónica, 40,1% de niños menores de 36 meses con anemia, 20,2% de la población en pobreza y 2,9% en pobreza extrema. 

Por otro lado, entre el 2000 y el 2021 hemos tenido 10 Presidentes de la República, 31 Presidentes del Consejo de Ministros, 22 Ministros de Economía y Finanzas, 31 Ministros de Educación y 24 Ministros de Salud.  Esta data resulta importante para comprender la necesidad de que las políticas públicas se realicen de cara a la población, evitando el centralismo excesivo, la falta de mirada de conjunto, la tendencia permanente de elaborar agendas públicas en función de los deseos de quien gobierna y como se evidencia, con falta de conocimiento técnico y de la realidad nacional de los funcionarios públicos responsables de su elaboración.

Mediante Decreto Supremo N° 164-2021-PCM, publicado el 16 de octubre del presente año en
el diario oficial El Peruano
, la Presidencia del Consejo de Ministros aprobó los diez ejes de la Política General del Gobierno para el período 2021 – 2026.  Estos ejes son: 1) Generación de bienestar y protección social con seguridad alimentaria, 2) Reactivación económica y de actividades productivas con desarrollo agrario y rural, 3) Impulso de la ciencia, tecnología e innovación, 4) Fortalecimiento del sistema educativo y recuperación de los aprendizajes, 5) Descentralización, fortalecimiento institucional y del servicio civil, 6) Fortalecimiento del sistema democrático, seguridad ciudadana y lucha contra la corrupción, narcotráfico y terrorismo, 7) Gestión eficiente de riesgos y amenazas a los derechos de las personas y su entorno, 8) Gobierno y transformación digital con equidad, 9) Conducción de una diplomacia nacional, autónoma, democrática, social y descentralizada y, 10) Estado Intercultural para la promoción de la diversidad cultural.


MODERNIZACIÓN DE LA GESTIÓN Y POLÍTICAS PÚBLICAS

El proceso de modernización de la gestión pública está basado en 3 ejes transversales que son gobierno abierto, gobierno electrónico y articulación interinstitucional.  Asimismo, se cimenta en 5 pilares centrales: 1) Políticas públicas, planes estratégicos y operativos, 2) Presupuesto por resultados, 3) Gestión por procesos, simplificación administrativa y organización institucional, 4) Servicio civil meritocrático y, 5) Sistema de información, seguimiento, monitoreo, evaluación y gestión del conocimiento.

La política de modernización de la gestión pública busca que las entidades públicas reflejen las políticas en objetivos claros y con una ruta bien definida de cómo lograrlos, por lo que todas las instituciones estatales sin importar su tamaño ni su sector deben dedicar sus esfuerzos a trabajar coordinadamente, con un enfoque real de servicio al ciudadano y al desarrollo regional y local.

Las políticas públicas por tanto que pueden definirse como todas las acciones que desde el Estado se realizan para intervenir en una situación problemática o de carencia y solucionarla o al menos mejorarla, deben ser propuestas gubernamentales intencionales, propositivas, planificadas y no solo reactivas ni casuales[1], tal como lo afirma Aguilar (1993).

El acercamiento al ciudadano para formular políticas públicas es vital.  Conocer las necesidades y particularidades de los ciudadanos para poder establecer con certeza qué servicios necesitan y cómo mejorar la prestación de estos es la piedra angular puesto que estos deben estar organizados desde la mirada del ciudadano y no desde la entidad, para lograrlo; resulta imprescindible alinear las prioridades de la agenda gubernamental con las prioridades de los ciudadanos.

En este contexto, las políticas públicas priorizadas con el presupuesto 2021 son educación, salud y atención a la emergencia del COVID – 19, reducción de la violencia contra la mujer, alivio a la pobreza y reactivación económica.



POLÍTICAS DE ESTADO, NACIONALES Y DE GOBIERNO EN PERÚ 

Partamos de lo general a lo específico.  Según el Centro de Planeamiento Estratégico – CEPLAN, las políticas de Estado definen lineamientos generales que orientan el accionar del Estado en el largo plazo a fin de lograr el bienestar de las personas y el desarrollo sostenible del país, proponen los cambios necesarios en aspectos sociales, políticos y económicos para alcanzar el bien común en un marco de desarrollo sostenible y la afirmación de la gobernabilidad democrática.

Las Políticas de Estado han sido resultado de un consenso alcanzado en el Foro del Acuerdo Nacional en el año 2002, espacio tripartito de diálogo y construcción de consensos, conformado por el gobierno en sus tres niveles, los partidos políticos con representación en el Congreso de la República y las organizaciones de la sociedad civil con presencia nacional.  Estas políticas se organizaron alrededor de cuatro grandes ejes u objetivos: 1) Fortalecimiento de la Democracia y Estado de Derecho, 2) Desarrollo con Equidad y Justicia Social, 3) Promoción de la Competitividad del País y; 4) Afirmación de un Estado Eficiente, Transparente y Descentralizado.  Actualmente se cuenta con 35 Políticas de Estado.

En agosto de este año, se firmó el documento titulado Consensos por el Perú 2021, que tiene como puntos focales de atención: 1) Construcción de un sistema unificado de salud, 2) Educación pública y privada de calidad. Educación pública gratuita que elimina brechas y asegura el acceso a la educación virtual, 3) Lucha contra la pobreza y la pobreza extrema, 4) Crecimiento económico sostenible con empleo digno, 5) Reforma política y, 6) Reforma del Sistema de Administración de Justicia.

Las políticas nacionales se enmarcan en las políticas de Estado y responden a la identificación de problemas o necesidades que enfrenta la población que son priorizados en la agenda pública. Los ministerios diseñan, establecen, ejecutan y supervisan políticas nacionales y sectoriales bajo su rectoría, las cuales aplican a todos los niveles de gobierno.  El Art. 4°, numeral 1 de la Ley N° 29158: Ley Orgánica del Poder Ejecutivo, establece que el Poder Ejecutivo tiene la competencia exclusiva de “diseñar y supervisar las políticas nacionales y sectoriales, las cuales son de cumplimiento obligatorio por todas las entidades del Estado en todos los niveles de gobierno”.

Las políticas nacionales definen los objetivos prioritarios, los lineamientos, los contenidos principales de las políticas públicas, los estándares nacionales de cumplimiento y la provisión de servicios que deben ser alcanzados y supervisados para asegurar el normal desarrollo de las actividades públicas y privadas.  Las políticas nacionales conforman la política general de gobierno y se componen a su vez por un conjunto de políticas sectoriales y son de cumplimiento obligatorio por todas las entidades y niveles de gobierno, como lo indica su reglamento aprobado mediante Decreto Supremo N° 029-2018-PCM y modificatorias. 

Ejemplos de políticas nacionales son: 1) Política Nacional de Competitividad y Productividad (MEF), aprobada el 31 de diciembre de 2018, 2) Política Nacional de Lucha Contra el Crimen Organizado (MININTER) aprobada el 17 de julio de 2019, 3) Política Nacional contra las Drogas al 2030 (PCM) aprobada el 14 de diciembre de 2020; entre otras.

La política de gobierno está relacionada con la manera como el gobierno de turno cumple con sus obligaciones para satisfacer las necesidades de los ciudadanos en salud, educación, alimentación, vivienda, ejercicio de sus derechos, cumplimiento de sus deberes, etc.; debiendo estar acorde a su agenda y plan de gobierno.  Así tenemos que la Política Gubernamental al Bicentenario comprende entre sus principales lineamientos la integridad y lucha contra la corrupción, el fortalecimiento institucional para la gobernabilidad, el crecimiento económico, equitativo, competitivo y sostenible, el desarrollo social y bienestar de la población y la descentralización efectiva para el desarrollo.

Respecto a la Política General de Gobierno, el artículo 118° de la Constitución Política del Perú dispone que el Presidente de la República dirige la política general del gobierno, establece también que dentro de los treinta días de haber asumido sus funciones, el Presidente del Consejo de Ministros concurre al Congreso, en compañía de los demás ministros, para exponer y debatir la política general del gobierno y las principales medidas que requiere su gestión (Art. 130°).

La Política General de Gobierno al 2021 está integrada por cinco ejes: 1) Integridad y lucha contra la corrupción, 2) Fortalecimiento institucional para la gobernabilidad, 3) Crecimiento económico equitativo, competitivo y sostenible, 4) Desarrollo social y bienestar de la población y; 5) Descentralización efectiva para el desarrollo. Cuenta además con dieciocho lineamientos y guarda consistencia con el marco de políticas y planes del país.

 

¿MÁS DE LO MISMO?

La visión del Perú al 2050, disponible en el portal de CEPLAN es: “Al 2050, somos un país democrático, respetuoso del Estado de derecho y de la institucionalidad, integrado al mundo y proyectado hacia un futuro que garantiza la defensa de la persona humana y de su dignidad en todo el territorio nacional.  Estamos orgullosos de nuestra identidad, propia de la diversidad étnica, cultural y lingüística del país. Respetamos nuestra historia y patrimonio milenario, y protegemos nuestra biodiversidad. El Estado constitucional es unitario y descentralizado. Su accionar es ético, transparente, eficaz, eficiente, moderno y con enfoque intercultural. Juntos, hemos logrado un desarrollo inclusivo, en igualdad de oportunidades, competitivo y sostenible en todo el territorio nacional, que ha permitido erradicar la pobreza extrema y asegurar el fortalecimiento de la familia”. 

Es importante partir de este punto para poder analizar si el contenido del Decreto Supremo N° 164–2021–PCM está acorde con la visión país. 

Un país es más desarrollado si existe una buena combinación entre ingresos económicos altos y un Estado capaz de proveer a sus ciudadanos bienes y servicios públicos con efectividad, que sean capaces de mejorar realmente la vida del poblador. En este sentido, la Política General de Gobierno 2021 – 2026 debe ser analizada en cuanto a su aporte a la gobernabilidad democrática como primer paso para garantizar el ejercicio de los derechos de la ciudadanía, la priorización en la generación de condiciones de bienestar en favor del ciudadano, el fortalecimiento de las capacidades de quienes deben implementar y ejecutar las políticas, la estabilidad macroeconómica y la competitividad del sector privado.

Por otro lado, la pandemia de la COVID - 19 ha puesto en evidencia los sectores prioritarios donde la política de gobierno debe intervenir con inmediatez y eficiencia: Educación, salud y empleo, siendo así, el Decreto Supremo N° 164–2021–PCM establece en sus primeros ejes aspectos vitales para redimir la crisis y lograr el desarrollo conjunto.  Sin embargo, aún existen dudas y críticas respecto a si esta vez las cosas serán diferentes o será más bien, más de lo mismo.

Las reformas que desde el Estado han pretendido implementarse desde inicios del siglo XXI y aún antes fracasan principalmente debido a tres fatores. -El primero de estos, es que son hechas sin la planificación correspondiente, por lo tanto no han tenido el suficiente tiempo para madurar y para adaptarse a la realidad de un país tan diverso, diferenciado y difícil y, lo que es peor: al ver que no alcanzan los resultados requeridos en el tiempo establecido se eliminan o dan un giro radical por lo que siguen siendo ineficientes.  Por otro lado, el exceso de regulaciones y normas tan cambiantes que, acompañadas de controles inmensamente rígidos y poco realistas ofrecen poca estabilidad legal para iniciativas privadas e incluso para el quehacer público constituyen un segundo factor.  Finalmente, pero no menos importante, es la poca importancia que se le da a la meritocracia, el exceso de personal de confianza en el Estado y la constante rotación de equipos tecnocráticos que conllevan a hacer lento e ineficiente al Estado y que vuelven a las reformas insostenibles en el tiempo.

 

¿CUÁL ES EL FUTURO?

Desde mi experiencia trabajando en el Estado y con sectores vulnerables que perciben a su Estado como lejano y desinteresado pienso que si bien esta nueva Política General de Gobierno tiene muy buenas intenciones, será más de lo mismo, porque se continúa con acciones que han demostrado su poca eficiencia y utilidad como por ejemplo el trabajo aislado con grupos: Mujer, niños, niñas y adolescentes, madres gestantes o adultos mayores en vez de trabajar con grupos familiares o; el intentar erradicar la violencia de género aumentando las penas o dando servicio legal, de acompañamiento o de protección en vez de empoderar económicamente a estas personas para que no permanezcan obligadas por las circunstancias sometiéndose a un compañero violento. 

Por otro lado es preciso mirar el entorno para darse cuenta de que en un país donde existen zonas sin acceso a energía eléctrica y por ende a internet ¿Se puede promover la transformación digital? Asimismo, existiendo en el gobierno personas incluso prontuariadas trabajando como asesores o habiendo sido elegidas autoridades ¿Cómo erradicar la corrupción? Y existiendo instituciones especialmente a nivel regional y local donde los presupuestos no se ejecutan eficientemente e incluso se devuelve dinero pese a que sus zonas están declaradas en pobreza o extrema pobreza ¿Cómo hablar de bienestar?  Finalmente, con tantos compatriotas e incluso extranjeros sin trabajo que aceptan laborar aun cuando se les paga menos que el sueldo mínimo ¿Cómo promover empleos dignos?

Importante también es no descuidar que las políticas públicas deben elaborarse bajo enfoques intercultural, diferencial e inclusivo, totalmente articuladas para evitar duplicidades, mucho mejor comunicadas a la población y que exhiban un componente de participación ciudadana tanto en su elaboración como en su evaluación; solo así lograremos trabajar con, por y para nuestros ciudadanos, incidiendo positiva y efectivamente en la mejora de sus condiciones y calidad de vida. 



[1] Aguilar, L. F. (1993).  El estudio de las políticas públicas.  México: Porrúa.